El pasado 8 de noviembre el día amaneció en Santa Cruz de Moya con amenaza de lluvia pero eso no fue óbice para que no
subiéramos a Cerro Moreno. Fuimos con la misión de arriar la bandera republicana que, en honor a los doce guerrilleros
asesinados por las fuerzas represivas de la dictadura franquista el día 7 de noviembre de 1949, permanecía izada desde
octubre cuando realizamos las XV Jornadas del Maquis.
Salimos a las 10,00 h desde la base de La Gavilla Verde (Centro Social y Cultural Dulce Chacón de Santa Cruz de
Moya) en dirección a las Casas del Amo de Orchova, lugar acordado para desde allí ascender al Cerro.
Por el camino pudimos disfrutar del color otoñal en todo su esplendor. Los álamos y los chopos de las riberas del rio
de Arcos y también del Turia, dibujan en el paisaje los colores amarillos y ocres de sus hojas. Colores que, año tras
año en esta época, contrastan con los del cielo y la montaña que en el Valle de Orchova son especialmente atractivos.
Una vez en Orchova nos dividimos en dos grupos, uno comandado por “el Comandante” Juanbe que guió en la
subida a los amigos de Sara y que lo hicieron andando y el otro, dirigido por el “Jefe de operaciones” Adolfo,
y que estaba formado por los que decidimos hacer el recorrido corto de subida, realizando una aproximación en coche hasta
la base del Cerro.
Los ánimos en ambos grupos eran buenos y al cabo de tres horas estábamos reunidos en lo alto de Cerro Moreno. Arriba soplaba
un viento del norte muy frío que nos obligaba a buscar la protección de las sabinas o a situarnos en la ladera de la solana
que mira a Santa Cruz de Moya y que nos hizo entender sobre el propio terreno por qué allí, nuestros guerrilleros ubicaron
el campamento de Cerro Moreno.
Aprovechamos para enseñárselo a los amigos y amigas que subían por primera vez, explicándoles los pocos vestigios de la
estancia de los maquis en aquel inhóspito lugar: restos de vidrio verde de las botellas que los guerrilleros subían llenas
de agua de la fuente de los Maderillos y de la fuente del Magallón, latas oxidadas, enormes piedras que sirvieron para
sujetar las rudimentarias tiendas de lona en las que se cobijaban y alguna zona de “cocina” por la disposición
en trípode de varias piedras algo ahumadas y algún detalle más.
Después vino el tiempo de la comida, disfrutando de una charla divertida aunque un poco helados debido al viento frío que
nos azotaba sin ninguna piedad.
No nos entretuvimos y pasamos al arriado de la Bandera, las explicaciones de Adolfo sobre los acontecimientos allí sucedidos
en el año 1949 y el canto del Himno guerrillero.
Después cada grupo se puso en marcha para bajar y todos regresamos, sin novedad, a Santa Cruz de Moya.
De alguna manera recuperamos un año más, y lo hacemos siempre que subimos, el Honor y la Gloria de aquellos doce guerrilleros
que dieron su vida por la causa y los principios de la II República Española, tan de actualidad y necesarios en estos tiempos
que nos ha tocado vivir.
Noviembre de 2014
Pepe Gorgues
Sierra y Libertad
La Gavilla Verde
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