
Han pasado muchos días y hemos pasado muchas
vicisitudes desde aquel primer contacto con Álvaro en la calle Cruz
Cubierta de Barcelona, a finales de 2003: Álvaro Ibáñez, Pedro Peinado y
Adolfo Pastor.
Fue allí donde decidimos que debíamos trabajar para
dar consuelo y ayudar a las familias de La Ginebrosa y de los pueblos
donde habían nacido aquellos represaliados que desaparecieron de la
cárcel de Alcañiz en noviembre de 1947.
La familia de los desaparecidos de Monroyo ha creado
muchos lazos y ha aumentado año tras año en número y afecto.
Marina ha muerto sin poder cumplir su sueño en medio
de tanta lucha; por ella y por los demás hemos de seguir adelante; si el
resultado de tantos trabajos no ha sido lo positivo que esperábamos,
seguiremos otros caminos hasta agotarlos todos. Ese fue nuestro
compromiso en el pasado y es nuestro compromiso en el futuro.
El día 27 de Noviembre pudimos empezar nuestra
actuación en el cementerio de Monroyo. Los trabajos del equipo dirigido
por el Dr. Manuel Polo de la Universidad de Valencia y voluntarios de La
Gavilla Verde, con la presencia de algunos familiares y ayudados
moralmente por personas del pueblo, duraron hasta el día 5 de Diciembre.
Estos trabajos han sido realizados gracias a la subvención concedida por
el Ministerio de la Presidencia para actividades relacionadas con las
víctimas de la guerra civil y el franquismo.
Pasado poco tiempo del inicio de las excavaciones, la
presencia de la persona que había llevado a cabo la inhumación de seis
cadáveres varones, y la señalización por su parte del lugar donde estaba
la fosa, “no muy ancha, larga y honda”, hizo aumentar nuestra esperanza,
aunque a la a vez, nos llenó de tristeza saber que allí “sólo había seis
hombres”.
Tal como iban pasando las horas, el desasosiego subía
o bajaba según se iban agrandando las excavaciones y se iba reduciendo
la zona posible de ubicación de la fosa.
Finalmente, con gran desesperanza, los técnicos
dieron por finalizados los trabajos, volviendo a dejar el espacio
excavado como estaba y aceptando la triste realidad: no hemos podido
encontrar los restos que durante tanto tiempo hemos estado buscando.
¿Qué ha pasado con los cadáveres que fueron arrojados
a la “fosa larga, no muy ancha y profunda”, arrastrados desde la antigua
puerta, ahora tapiada y que estaba situada junto a lo que ahora es la
casa del cura, aunque deshabitada?.
¿Dónde se hallan los cadáveres de las dos mujeres que
desaparecieron en la misma noche del 11 de Noviembre de 1947 de la
cárcel de Alcañiz y que no llegaron a este cementerio?.
Ahora hemos de completar la lista de las seis
personas desparecidas y enterradas en esta fosa. En estos momentos hemos
podido añadir otro represaliado más: ELEUTERIO SIMÓ de la Fresneda. En
las sacas que se llevaron a cabo con nocturnidad y alevosía, se va
constatando cómo se cumplían las órdenes de aquel funesto General
Pizarro: Que entre los asesinados no hubiera personas del mismo pueblo y
que fueran presentados ante las gentes aterrorizadas de los pueblos como
bandoleros.
Los materiales acumulados y según lo afirmado por
diversos testimonios, los nombres de las personas enterradas en el
cementerio viejo de Monroyo son:
-
José Mir de La Ginebrosa
-
Aurelio Boj de la Ginebrosa
-
Eleuterio Simó de La Fresneda
-
Rogelio Cuartilla de Valdeltormo
-
Genaro Cuartilla de Mas del Llaurador de Valljonquera
Las familias, apoyados por La Gavilla Verde, como en
todos estos años, proyectan, a la mayor brevedad colocar una placa en el
mismo lugar donde estaba situada la fosa y rendirles el homenaje que
merecen personas que fueron asesinadas por defender ideas de libertad,
justicia y solidaridad y apoyar a los que las defendían. A través de
nuestra Web y de los medios que dispongamos, notificaremos este acto
para que cuantas personas se han sentido solidarias en estos años puedan
acompañarnos.
Agradecemos, en nombre de los familiares, del Grupo
Paleolab y de La Gavilla Verde, la solidaridad de tantas y tantas
personas que nos han apoyado en estos cuatro años de búsqueda y de
lucha, de una manera especial, agradecemos el de este grupo de jóvenes
concejales del Ayuntamiento de Monroyo, que han entendido la dimensión
tan humana de actos como éste, en el que personas retorcidas y torpes se
empecinan en ver otros fines para nosotros incomprensibles. En nuestro
ideario, lo primero son las personas y hacer todo los posible para que
dejen de sufrir, aquellos que durante tantos años permanecen en el
duelo.
Un abrazo para todos
Adolfo Pastor
Sierra y Libertad
La Gavilla Verde
Santa Cruz de Moya, 13 de diciembre de 2007
www.lagavillaverde.org

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