RAQUEL
LORENTE ALBALAT | Valencia | Domingo 28 de noviembre de 2010 |
Franquismo. Siete familias de víctimas de la represión de la
posguerra enterradas en una fosa de Albalat dels Tarongers
recibieron ayer los restos de sus familias. 63 años después,
serán enterrados con dignidad
La pugna entre el olvido y la memoria tuvo ayer su concreción en
Albalat dels Tarongers, donde los restos de nueve personas
identificadas en una fosa común de la posguerra fueron
entregados a sus familiares. Son siete las víctimas de la
represión franquista las que podrán al fin ser enterradas de
forma digna, casi 63 años después de su ejecución. Otras dos, al
no haber sido reclamadas, permanecerán para siempre en el lugar
de su exhumación, el cementerio de esta localidad del Camp de
Morvedre.
Prensa, familiares y diversas autoridades
locales, entre ellas los alcaldes de Albalat y Gilet, Filiberto
Prats y Salva Costa, pudieron finalmente disfrutar del pequeño
homenaje que siguió a la entrega de los restos. Las siete
familias, procedentes de varios municipios de Teruel, estuvieron
visiblemente emocionadas durante la ceremonia, que consistió en
la colocación de las cajas, en el lugar donde estaba la fosa y
en la mención de unas últimas palabras.
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Uno de los familiares deposita los restos de uno de
los represaliados, ayer
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Una anciana de Manzanera, de casi 95 años,
pudo dar el adiós a su hermano. Del mismo modo, unos hermanos de
Torrijas conocieron al fin el paradero de su padre y hermano.
“Hoy podemos por fin descansar y cerrar las heridas”, afirmaba
uno de los familiares. Ese era el objetivo del acto celebrado
ayer, prescindir del rencor y del odio para perdonar pero no
olvidar.
La del cementerio de Albalat, precedida por
la de Benagéber, es la segunda fosa común del franquismo que se
excava en la Comunitat Valenciana. Entre las dos, se cuentan en
17 los cuerpos exhumados e identificados por el equipo de
arqueólogos y forenses del grupo Paleolab. Dirigidos por Manuel
Polo, estos profesionales han estado realizando trabajos desde
mayo hasta agosto, entre los que se encuentra la propia
exhumación y numerosos estudios antropológicos, genéticos y
biológicos. Este se trata de un arduo proceso que, desde el
principio, ha sido coordinado por varias asociaciones.
Mañana será cuando se presente, a las 19.30
en el Aula Magna de la Universidad de Valencia, el revelador
informe forense de la intervención. “Se decía que a las víctimas
enterradas en la fosa común se les aplicó la Ley de Fugas
mientras trataban de huir. Sin embargo, la investigación
evidencia que hubo lesiones de gran brutalidad y sadismo cuando
los detenidos estaban bajo tutela del Estado, concretamente de
la Guardia Civil”, afirmaba Matías Alonso, del grupo por la
Memoria de la Fundació Societat i Progrés. Estas son las
conclusiones que arroja un estudio que ha contado con la ayuda
de los vecinos del pueblo que se han encargado de precisar la
ubicación de la fosa. Por su parte, Adolfo Pastor recordaba las
objeciones iniciales a la exhumación de la iglesia, propietaria
del cementerio, ya que es la primera que se realiza en la
Diócesis de Valencia.
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