IV JORNADAS EL MAQUIS EN SANTA CRUZ
DE MOYA. CRÓNICA RURAL DE LA GUERRILLA ESPAÑOLA. MEMORIA HISTÓRICA VIVA.
Santa Cruz de Moya, 2, 3 y 4 de
octubre de 2003.
Comunicación de Santa Cruz de Moya.
Jaume Valls.
Coordinador del Grupo L'Hospitalet Antifranquista.
La comunicación que el grupo l'Hospitalet
Antifranquista presentamos en estas jornadas trata sobre dos tipos de
represión que sufrió nuestro país durante el franquismo.
Se ha tratado a lo largo de las jornadas acerca del
horror de la guerra, del heroísmo de los combatientes republicanos, de
los crímenes, torturas, encarcelamientos y fusilamientos que padecieron.
Se ha hablado de los miles de abnegados republicanos que se lanzaron a
los montes de nuestra orografía para defenderse de la represión y como
después se organizó la resistencia armada que hostigó al ejército
fascista.
Se ha hablado del exilio de centenares de miles de
personas que tuvieron que buscar refugio en todos los continentes. Todas
estas vivencias son terriblemente dolorosas y las generaciones que no
participamos en la contienda, necesitamos y debemos conocerlas.
La asistencia a estas jornadas de historiadores,
investigadores, escritores y gente de la cultura, en general, que
quieren conocer de primera mano los hechos, los dignifica y es garantía
para que esta parte de la Historia no quede en el olvido. Todo lo que
hagan y hagamos entre todos será poco. Por eso nosotros, la gente joven,
queremos explicar cosas que ocurrieron después y que también
tuvieron un valor positivo para nuestra actual democracia.
Queremos referirnos a los millones de supervivientes,
que en un país derrotado y humillado, tuvo que exiliarse de su tierra
para buscar un lugar donde no fuera señalado y acosado por su
pensamiento.
Durante los años 40 nuestro país sufrió una terrible
hambruna. Fueron despojados de su trabajo funcionarios, maestros,
médicos y trabajadores, por el mero hecho de ser republicanos.
Nuestro país fue saqueado, padeciendo las clases
trabajadoras salarios ínfimos y jornadas de extenuación. Aparecieron las
primeros signos de resistencia obrera en algunas ciudades y ya en 1947
tuvo lugar una huelga general convocada por el Consejo Vasco de la
Resistencia.
En Barcelona en marzo de 1951 se produjo la llamada
huelga de los tranvías, donde la ciudadanía espontáneamente se negó a
utilizar este medio de transporte como protesta al incremento de las
tarifas. El movimiento de protesta se extendió y se produjeron paros en
las fábricas.
En las minas asturianas aparecieron asambleas de
trabajadores que serán el origen de las futuras comisiones obreras. Así
en las década de los 50 se originó un lento y cauteloso movimiento de
protesta que cristalizará en la década siguiente.
Las jóvenes generaciones de obreros y estudiantes de
los años 60 empezaron a organizarse . En la primavera de 1962 se produjo
un importante movimiento huelguístico en diversas zonas del país. Así en
estos años nacieron las CCOO y el Sindicato Democrático de Estudiantes.
Las fábricas y las universidades serán el puntal de la lucha
antifranquista urbana. La represión se cernió sobre los movimientos de
protesta, así por ejemplo las CCOO, que utilizaban las estructuras del
sindicato vertical, fueron ilegalizadas en 1967 y sus militantes
perseguidos por la brigada político social y condenados a prisión por el
TOP.
A partir de los años setenta los movimientos de
protesta antifranquista se extendieron apareciendo el movimiento popular
urbano de las asociaciones de vecinos, y las plataformas
cívico-políticas, como la asamblea de Cataluña en noviembre de 1971, y
la Junta Democrática en el resto del Estado en 1974.
Quiero, no obstante, volver la vista atrás y recordar
la propuesta de reconciliación nacional de 1956 del PCE, que sirvió para
que se primase la recuperación de las libertades y la dignificación del
trabajo y la cultura sin buscar venganza y no eternizar odios en nuestro
país.
Debemos recordar también a esos viejos luchadores de
la CNT que aportaron su experiencia a las generaciones jóvenes que en
los 60 empezaron a organizar el nuevo movimiento obrero, así como a los
cristianos progresistas, que como el grupo "cristianos por el
socialismo", rompieron el esquema de la iglesia caciquil y participaron
en la lucha antifranquista. En nuestra ciudad, l'Hospitalet, por ejemplo
militantes de las CCOO i jóvenes cristianos construyeron en 1973 una
iglesia con el nombre de "Casa de la reconciliación".
Dicho esto el grupo l'Hospitalet Antifranquista
queremos hacer una mención especial a todas aquellas miles de personas
que a lo largo de los años 60 y 70 sufrieron todo tipo de represalias
por luchar por la libertad y contra la dictadura franquista. Muchos
fuimos los presos políticos, pero nos llamaban delincuentes, miles de
estudiantes fueron expulsados de la universidad, miles de trabajadores
fueron despedidos, volviéndose a fabricar listas negras por parte de los
falangistas del sindicato vertical que junto con la policía política se
encargaban de que los sindicalistas no obtuvieran trabajo, las multas y
los embargos de bienes estaban a la orden del día. Como respuesta ante
la represión se organizaron comisiones de solidaridad que recaudaron
fondos en las fábricas para ayudar a los compañeros represaliados.
Estos valores de libertad e igualdad, de humanismo,
en una palabra, que fueron fundamentales para conseguir la democracia,
han estado de nuevo presentes en nuestro país cuando millones de
personas salieron a la calle para gritar "No a la guerra" o cuando miles
de voluntarios acudieron a las costas de Galicia a limpiar chapapote.
Creemos en la esperanza de un mundo mejor, otro mundo
es posible, pero necesitamos recordar y explicar qué pasó, asumiendo
nuestros errores, que también los hemos tenido.
Debemos poner las cosas en su sitio y reivindicar
para la generación de la posguerra que la sociedad del bienestar que hoy
disfrutamos se debe a su lucha y a la de generaciones posteriores como
la del 68, que pagaron un alto precio que todavía hoy no les ha sido
reconocido.
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